El Miércoles de Ceniza es el día con el que se inaugura el tiempo de Cuaresma en la Iglesia católica. Ese tiempo de Cuaresma es un tiempo real y un tiempo litúrgico. Son los 40 días previos a la celebración de los misterios pascuales. Este período es en sí mismo un tiempo litúrgico propio, es decir, distinto al tiempo ordinario que se vive en la Iglesia y con características particulares.
«Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás». «Conviértete y cree en el Evangelio». Estas dos oraciones se van a repetir hoy en muchas iglesias de todo el mundo. Se acompañan con la imposición del sacerdote de una pequeña cantidad de ceniza en la cabeza haciendo la señal de la cruz.
El motivo, es que hoy se celebra el Miércoles de Ceniza, la festividad con la que da comienzo el tiempo de Cuaresma en la Iglesia católica. Estas son cuatro cosas que tienes que saber y te pueden ayudar a entender mejor lo que se celebra en este día.
Medidas concretas para vivir la Cuaresma: oración, mortificación y caridad
Las tres prácticas cuaresmales con las que se invita a esta preparación son: la oración, la mortificación y la caridad.
La oración es el motor de la vida de un cristiano, los momentos de diálogo con Dios. En este caso, buscar prepararse con Jesús para ser testigo otra vez de los grandes Misterios de la Fe.
La mortificación, al igual que el rezo, es una práctica que puede ser diaria. Consiste en ofrecer a Dios los momentos difíciles del día a día, así como aceptar con alegría los sufrimientos o renunciar a comodidades habituales.
Por último, la virtud de la caridad se puede poner por obra a través, por ejemplo, de la limosna a los necesitados.
El mensaje: la conversión
El mensaje que transmite la Iglesia con la ceniza a los fieles es un llamado fuerte a la conversión. Se hace a través del signo de la ceniza bendecida como recordatorio a la persona de lo efímero de la vida. Sirve a su vez como preparación a los signos de vida de la luz, el agua y el fuego que se emplean en la Pascua de Resurrección.
La penitencia: no es un castigo
Por esa razón, el tiempo de Cuaresma que comienza hoy con el Miércoles de Ceniza tiene asociada otra palabra: penitencia. No se trata de un castigo, si no de una opción libre para preparar el alma y seguir a Jesús en su propia preparación para su Pasión y Muerte. Un cambio de mirada y de mentalidad que caracterizan al cristiano: la búsqueda de Dios por encima de las cosas del mundo.
Ayuno y abstinencia
El ayuno y la abstinencia son dos palabras que también marcan la Cuaresma. Son dos prácticas que acompañan a estos 40 días. Las ha establecido la Iglesia en consonancia con el Evangelio y guardan sentido con la preparación del alma.
El ayuno estipula que el católico reduzca la cantidad de alimento que consume de forma usual. Las edades a las que afecta esta norma es desde los 18 hasta los 59 años. Es de carácter obligatorio especialmente el Miércoles de Ceniza y Viernes Santo.
Por su parte, la abstinencia dicta que cualquier católico a partir de los 14 años ha de renunciar a consumir carne los viernes de Cuaresma. La razón, honrar la Pasión de Jesús del Viernes Santo. Esa abstinencia incluye la carne del animal, sus órganos en cualquier forma y el pollo. Los pescados, vegetales, mariscos y derivados de productos animales sí que se permiten.