El Día de todos los Santos conmemora a todos los santos, adorados y anónimos. La historia de esta fiesta data del siglo IV, período en el que se produjo la Gran persecución, hecho histórico en el que murieron tantos cristianos que la Iglesia decidió decretar este día como una forma de honrar la memoria de aquellos mártires, considerados santos, ante la dificultad de asignar una fecha específica a cada uno. Frecuentemente grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común. Adicionalmente las celebraciones de los Santos católicos se han reducido para que estas no prevalezcan sobre el misterio más importante del catolicismo: Cristo. Se festeja cada 1 de noviembre.
- San Pablo en este relato nos invita a santificar nuestra propia vida entregando incluso nuestro cuerpo como sacrificio, que es morada del Espíritu Santo. Dios es el fundamento del culto cristiano: Ahora, hermanos, por la misericordia de Dios, los invito a ofrecerse como sacrificio vivo, santo, aceptable a Dios: éste es el verdadero culto. No se acomoden a este mundo, por el contrario transfórmense interiormente con una mentalidad nueva, para discernir la voluntad de Dios, lo que es bueno y aceptable y perfecto (Romanos 12, 1-2).
- Todo se acaba -y solamente queda la alegría de haber sido leal a la ley del Señor, de haber amado al prójimo, de haberse dado por el prójimo, dado en generosidad, en amor, en servicio- (…) benditos de mi Padre a poseer el Reino de los Cielos, porque fuiste caritativo, porque no fuisteis groseros, porque todo lo que hiciste con uno de mis hermanos chiquitos a mí me lo hiciste. A mí me golpeaste cuando torturaste, a mí me mataste cuando hiciste aquel crimen, a mí también me serviste con amor cuando me defendían cuando dabas tu cara por mí, cuando enseñabas el catecismo a los niños, cuando atendías a los enfermos, cuando dabas al necesitado por amor – Homilía de San Óscar Romero, El Salvador, 1/11/1977.
- Día de Todos los Santos, día de la Redención realizada, gran fiesta del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este día lo llevo grabado indeleblemente en mi memoria, pues en la Solemnidad de Todos los Santos de hace cuarenta y siete años recibí el don del sacerdocio de Cristo y me convertí en servidor de la Eucaristía. Recuerdo con perenne devoción a los que me acompañaron en mi preparación para este ministerio. A ellos me uno en el misterio de la comunión de los santos – San Juan Pablo II, 1/11/1993.
- Los Santos no son superhombres, sino amigos de Dios que han vivido una vida normal y tienen la alegría en el corazón que transmiten a los demás (…) la meta de nuestra existencia no es la muerte, sino el Paraíso. Los Santos son los amigos de Dios, que han transcurrido su existencia terrena en comunión profunda con Dios, hasta el punto de llegar a ser semejantes a Él, porque han visto en el rostro de los hermanos más pequeños y despreciados el rostro de Dios, y ahora lo contemplan cara a cara en su belleza gloriosa (…) no es un privilegio de pocos, sino que es una vocación para todos – Papa Francisco, Vaticano, 1/11/2013.
La santidad no consiste en saber mucho ni en mucho meditar; la santidad es un secreto: el secreto de mucho amar – Santo Tomás de Aquino.